Las políticas de desvieje que, desde hace tiempo asumen las grandes empresas, y al que se han sumado las energéticas a partir de 2015, ponen en el mercado a muchos profesionales muy bien preparados y con mucha experiencia en comercialización de energía.
Y, lejos de dedicarse a sus aficiones, se han reciclado hacia empresas más pequeñas, o bien forman sus pequeñas sociedades de servicios.
Estos profesionales encuentran un terreno abonado a corto plazo por la subida libre de precios de electricidad y combustibles y, a largo plazo, por la incertidumbre en su evolución.
Es su oportunidad de ofrecer su capacidad como price seekers independientes, o agentes de comercializadoras pequeñas y grandes (incluso de las que han salido).
No caigamos en la trampa: el objetivo es pagar menos, pero el precio no es el ingrediente único de la receta anti subidas: también hay que reducir el consumo. El otro ingrediente de la receta es la eficiencia energética, para no gastar ni un kWh de más.
Fuente: Eleconomista.es